Austria

El centro de Viena es espectacularmente bonito.

Austria es un país relativamente pequeño, que vive de su esplendor de antaño, cuando era el centro del Imperio Austrohúngaro.

Viena, su capital, conserva esas grandes avenidas suntuosas e impresionantes palacios y esos museos que impactan todavía hoy al visitante extranjero.

En su gastronomía destaca, por encima de todo, el Wiener Schnitzel (escalope vienés) y el Apfelstrudel (tarta de manzana). Estos dos platos son conocidos internacionalmente. Además de la Sacher Torte, que es una tarta de chocolate, inventada en el hotel homónimo. Los cafés vieneses las ofrecen por doquier y tienen un ambiente que no tiene que envidiar en nada a los parisinos. La Catedral de San Esteban y sus alrededores son un claro ejemplo del esplendor vienés. Hay que visitar también los palacios de Schönbrunn y Hofburg o la Ópera Estatal de Viena y no olvidar que esta ciudad es la capital mundial de la música clásica y del vals, en donde triunfaron Mozart, Strauss, Vivaldi y Beethoven y que cualquier oportunidad es buena para ver un concierto de música clásica en cualquier iglesia o salón vienés.

Pero, Austria no es sólo Viena, aunque parece que eclipsa al resto del país. Ciudades como Salzburgo o Innsbruck , tampoco son moco de pavo y merecen una obligada visita. La geografía accidentada de Austria no recuerda que es un país alpino y que en invierno nieva por doquier y que por tanto, podemos practicar el esquí en las magníficas pistas que hay por todo el país.