Pekín o Beijing

La capital de la actual República Popular de China es un lugar también de obligada visita, si uno viaja a este país milenario.

Lo primero que impresiona es el aeropuerto de Pekín, (ahora también llamada Beijing -pronúnciese Bei-Yin es español-, pues parece que es la más acertada traslación de su primigenia pronunciación desde el chino mandarín a las lenguas occidentales) porque en mi vida había visto tanta gente intentando pasar el control de pasaportes en las numerosas ventanillas al salir de tu vuelo. No llegué a contarlas, pero creo que había más de 10.000 personas en esos momentos esperando pacientemente cruzar ese umbral de seguridad. En ese momento recuerdas que estás en un país en donde las libertades individuales importan un carajo y si no tienes suerte y algún truco sacado de la manga, te pasarás las próximas tres o cuatro horas a merced de que un agente uniformado te diga que te pongas en otra cola, cuando ya creías que te tocaba pasar. Ahora están terminando otro megaaeropuerto que pretende descongestionar éste y que seguramente cuando leas estas líneas ya estará inaugurado.