Gestor cultural y administrativo

La profesión de Gestor Cultural implica -ante todo- tener una formación en Gestión de Administraciones, que afortunadamente me dieron los estudios universitarios de Técnico de Empresas y Actividades Turísticas, que mucha gente, en principio, considera algo banal, pero que se ha demostrado con el tiempo que quien es buen gestor de una agencia de viajes o de un hotel, es decir, empresas que tienen trato directo con el público y con muchos otros intermediarios administrativos como tour operadores, centrales de reservas, ministerios, compañías aéreas y navieras, hoteles y cadenas hoteleras, empresas de restauración y un largo etcétera, es un buen gestor administrativo.

Mi experiencia en el sector turístico en hoteles, como guía correo, como organizador de grandes viajes y en recepciones de hoteles y agencias de viajes minoristas y mayoristas, además de periodista especializado en viajes, me ha dado una solidez a la hora de elegir lo más conveniente para clientes o administraciones exigentes con la mayor calidad al mejor precio. Habiendo testado hoteles, apartamentos, líneas aéreas y navieras y resorts en los cinco continentes como profesional, unida a mi experiencia laboral como Director de varios festivales culturales en donde el cine es el hilo conductor y la inmediatez de otros espectáculos en directo como la danza, el teatro y la música, que hemos ofrecido en estos festivales como eventos complementarios, hacen que en el espectro cultural y administrativo en el que me he movido y muevo actualmente, pise muy firme y consiga acuerdos ventajosos a cambio de servicios como publicidad y con costes cero o mínimos a las entidades que gestiono y administro.

Es un mundo que me fascina y me permite además de controlar y administrar gastos, personal, medios y presupuestos, crear cosas nuevas cada día y con un entusiasmo siempre realista y no derrochador que me ha dado la disciplina de vivir muchos años en el país más ahorrador del planeta, que es sin duda Alemania por su administración y carácter e idiosincracia.