La Florida

La Florida que un día recibió este nombre de los conquistadores españoles, capitaneados por Ponce de León al incorporarla a la Corona de Castilla, está llena de topónimos de la época española como Cabo Cañaveral, Boca Ratón, Islamorada,Boca Grande, Plácida y un largo etcétera. Pero además de esta conquista histórica, ocurre desde hace unas décadas una nueva conquista silenciosa, pero inexorable: la lingüística. Los hispanohablantes son el 70 % de la población de Miami, exiliados políticos (Cuba, Venezuela, Colombia) o económicos (Honduras, México, Argentina, República Dominicana,…) de los países latinoamericanos se asientan más y más en ciudades como Miami en donde el español es idioma cooficial, junto al inglés y en donde tres de cada cuatro habitantes de la ciudad lo hablan como lengua materna. Hablar español es muy ventajoso para el que llega nuevo porque te abre puertas insospechadas. Hay un especie de pacto tácito para auxiliarse entre los que hablamos español en este lugar de EE UU. No hay latinoamericano que no te diga: «oye, no digas esto o lo otro que los gringos te van a cobrar más». Hay una especie de sentimiento solidario frente a la explotación secular que el estadounidense ha hecho de la mano de obra barata de estos países.

La entrada natural a La Florida es el puerto o el aeropuerto de Miami. Milllones de mercancías y personas pasan al año por estas dos puertas de entrada a este estado sureño de EE. UU, bañado por el Caribe y por el Atlántico al mismo tiempo. Florida lo tiene casi todo, menos montañas altas y nieve, ya que es un estado bastante plano. De hecho, si hubiera un gran tsunami casi todo el estado desaparecería bajo las aguas porque está casi todo a 6 metros sobre el nivel del mar. Desde las exuberantes playas del Caribe del Sur de Florida con puntos de visita obligada como Key West en el extremo más al sur de EE.UU. y apenas a unas cuantas millas marinas de Cuba con ese feeling de dolce far niente por la sensación de vacaciones eternas y en donde la música, el arte y los atardeceres espectaculares, junto a los más chic restaurantes y anclados yates y transatlánticos que salieron de Miami y vuelven a su origen después de un periplo caribeño o hacen aquí su primera parada hacia las ilsas del Caribe. Las autopistas sobre los cayos son dignas de ver porque han ido uninedo pequeñas islitas hasta llegar al extremo más meridional de todos que es precisamente Key West. La ruta natural al volver por la misma autopista hacia el norte abandonando lso cayos, es pararse y entrar en el Parque Nacional de Everglades. Acá podremos disfrutar del contacto con la naturaleza y ver caimanes y todo tipo plantas, árboles y de aves en libertad y en su hábitat natural. Una vez que hayamos visitado este parque nacional podríamos seguir avanzando hacia la parte del Golfo de México estadounidense y visitar casas y mansiones maravillosas en Naples, Fort Meyers o Senibel. Las playas son de arena finísima como polvo y llena de moluscos. El camino lógicon sería seguir hacia Tampa y St. Petersburg y realizar algunas paradas imprescindibles como visitar el Museo Dalí y el Museo Ringling. Todo este trayecto es prácticamente en contacto con el mar que queda a nuestra izquierda y paisajes de ensueño. Al ser un estado prácticamente plano y sin casi elevaciones y el buen estado de las autopistas, se hace muy placentero conducir un descapotable y disfrutar del tiempo siempre veraniego del Sunshine State (como llaman los gringos a este estado). En la zona metropolitana de Tampa y St. Petersburg viven entre unos dos y tres millones de personas, con lo cual es la zona más poblada del estado junto a la zona metropolitana de Miami. A pesar de haber rascacielos en Tampa, se puede fácilmente encontrar un hotel al borde del mar y en casa bajas en donde se posan gaviotas o pelícanos en la baranda de tu terraza.

Una vez visitado el oeste de Florida, podríamos dirigirnos al interior otra vez, pero en dirección NE hacia Orlando, la capital de la diversión de Disney. En esta ciudad está Disneyworld y Epcom, cosas que vale la pena ver si se está bien de dinero porque si vas con más miembros de la familia, la entrada no te sale por menos de 350,00 US dólares por día (precio que encuentro abusivo). Después de ver Orlando, podríamos continuar hacia el norte del estado para visitar St. Augustine y el monumento nacional del Castillo de San Marcos y las casas originales que levantaron los españoles cuando conquistaron estas tierras hace ya 500 años. Aquí se encuentran las edificaciones europeas más antiguas de la nación. Al bajar de nuevo hacia el sur, deberíamos hacer un alto en la legendaria Daytona Beach para ver precisamente la playa que se puede recorrer en auto sobre la misma arena y que habría que evitar visitar en tiempos de convenciones nacionales de motoristas que congregan a miles de Harleys Davisons en las calles de la ciudad y que hacen insoportable los precios y el ruido para los que no amamos a esos cacharros. Otra visita obligada siguiendo las autopistas que te llevan bordeando la costa del Atlántico hacia el sur, es Cabo Cañaveral en donde se encuentra el JFK Space Center y desde donde despegaron los históricos Apollos en sus misiones hacia La Luna.

En nuestra vuelta a Miami deberíamos de volver a hacer un alto en le camino en Palm Beach  y Fort Lauderdale para contemplar qué bien han urbanizado los gringos la costa atlántica respetando las playas kilométricas y las preciosas arenas doradas y visitar las lujosas villas y hoteles que han construído a lo largo de esta costa como Mar-a-Lago, la lujosa villa del actual Presidente de los EE.UU., Donald Trump a la que viaja casi cada fin de semana y en donde ya ha recibido a mandatarios internacionales.

Llegar otra vez a Miami es como volver a despertarse de un sueño porque la belleza y la vida tranquila del estado sureño rivaliza con la vida loca de Miami, que es estos momentos la capital de la música y tv latinoamericanas en donde se encuentran los principales estudios radiofónicos y televisivos y en donde residen Julio y Enrique Iglesias, Emilio y Gloria Estefan, Concha Buika, Alejandro Sanz, Christina Aguilera (por poner unos cunatos nombres) y todo el que quiera abrirse mercado en EE.UU. y Latinoamérica. Esa maravilla de que puedas llegar a tu casa en yate y atracarlo delante de tu casa, sólo lo he visto en Miami. Miami es la capital multicultural de todo el continente americano. Hay excelentes museos como el Pérez Museum of Modern Art, excelentes estadios, teatros, óperas y un mundo cultural a la espera de ser visitado. Sin duda alguna, en muy pocos años será una obligación para los artistas de todo tipo (plásticos, actores, cantantes,…) visitar y radicarse acá si quieren ser conocidos en América y en el resto del mundo.

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