Suiza es el país de los relojes, de los bancos, de los chocolates y de las montañas nevadas. Es el país de la precisión, puntualidad, transacciones bancarias y de los deportes de invierno. No es un país de individualismos ni de personajes conocidos por su nombre. De hecho, ¿cuántos suizos son conocidos a nivel mundial? Tal vez, el escrito Schiller o Guillermo Tell, pero no muchos más.
Es un país que ha sabido mantenerse neutral en casi todo y que no está en la Unión Europea, a pesar de estar en el centro de Europa y ser paso obligado de camiones y mercancías hacia Alemania, Francia, Austria o Italia.
Aún así es un país digno de visitar: es el país de las montañas nevadas, los lagos y los prados eternamente verdes.
En Suiza se hablan cuatro idiomas: alemán (65 %), francés, italiano y retoromano. Berna, Basilea y Zúrich son ciudades más conocidas y sede de numerosas instituciones. Es un país alpino y lleno de montañas por doquier, pero al mismo tiempo, un país bello y pacífico.