Pattaya

La ciudad balneario, famosa porque las tropas estadounidenses durante la Guerra de Vietnam la visitaban para saciar sus apetitos sexuales, ha evolucionado mucho y para bien desde los años 60 y 70 del siglo pasado.

Puterío sigue habiendo y mucho. Tanto es así que mucha gente la llama «Puttaya» en vez de Pattaya. Pero hoy la ciudad ofrece mucho más que atractivos para el turismo sexual. Aunque todo hay que decirlo, el turismo sexual y el sexo fácil, sigue existiendo a raudales. Es más, hay varias zonas de chicas a go go, de chicos y de trans a plana luz del día. Una de las calles de indudable gancho turístico es visitada diaramente por hordas de turistas chinos, japoneses, australianos o rusos y en ellas ya no sólo ejercen chicas locales, sino rusas, inglesas o chinas como carnada (y nunca mejor dicho) para atraer a los incautos turistas a sus locales y desplumarlos en un santiamén.

El problema de Pattaya es que teniendo magníficas playas todo ha sido construído robándole metros a la arena de las misma y mezclando rascacielos con hoteles, con centros comerciales modernos, con otras tiendecillas de cutre gusto y todo en primera o segunda línea de playa y uno detrás de otro y cuando menos te lo esperas aparece un hueco o un obstáculo en la acera o un mendigo o vendedor ambulante que también te quiere vender algo. Y todo esto después de una hora y con la aglomeración de personas, el tráfico apabullante, el calor sofocante que no baja de los 34-38° grados C° en todo el invierno europeo y que durante el día puede subir a algo más de 40°, más ruidos, mosquitos, puterío, niños berreando porque sus padres no los llevan a acostarse y es medianoche, olores de cloacas, fritangos o especies sinfines que mezclan con todo tipo de productos para comer y un largo etcétera indescriptible, provoca un estrés a todos los sentidos que hace que de repente no puedas más y te quieras ir.

Y además, si te aburres en esta ciudad, desde Pattaya se puede uno desplazar fácilmente a las islas de Koh Chang, Koh Samui, Koh Samet o la gran capital que es Bangkok o a uno de sus aeropuertos o a Camboya con excursiones organizadas o simplemente en un taxi privado (a BKK -abreviatura internacional de Bangkok o a uno de sus aerpuertos, no debe uno de pagar más de 1.000-1.200 Bahts para hacer unos 150 kms. hasta la mayor ciudad del país, no es mucho, ya que según el cambio del día, sería entre 30 y 40 €. Y si encima el taxi se comparte pues puede salir por la mitad o un tercio.

¿Qué se puede comprar en Pattaya? Pues, francamente de todo: desde ropa de marca, bañadores, toallas y todo tipo de accesorios para la playa hasta plantas, artículos electrónicos, jabones y cualquier té medicinal u oro, plata y piedras preciosas. También hay cosas de cuero de cocodrilo, elefante, raya, avestruz y un largo etcétera de animales exóticos, cultivados ex profeso en granjas autorizadas. Las tiendas Findig o Udong están por doquier y deben de ser del mismo propietario porque copan cualquier calle y varias veces en la misma calle y están especializadas en artículos de piel como zapatos, carteras, bolsos, chaquetas y un largo etcétera. El problema es que son de muy buena calidad, pero el dueño debería de contratar a un diseñador de prestigio porque los modelos que hacen en sus propias fábricas, son francamente anticuados. Realmente es una paraíso para las compras para cualquier turista. En las calles se encuentra de todo y en centros comerciales como Central también puede buscar uno lo que quiera.

Para playas recomiendo alejarse del centro de la ciudad, en dirección Jom Tien y Don Muang (una ülaya más pequeña y menos conocida). O ir a las islas de Koh Lan, Koh Larn o a la isla de Coral.