Tutti free

Este blog o cuaderno de bitácora debe su nombre a una anécdota que me ocurrió hace unos años, cuando volaba desde Ámsterdam con mis alumnos en un viaje de estudios a México con la compañía neerlandesa chárter Martin Air. Volamos desde esta ciudad porque era mucho más barato que volar desde Alemania por los precios tan competitivos que de esta compañía chárter a Cancún. Las azafatas eran muy amables durante todo el viaje y no se dieron cuenta que llevaba escondida a mi perrita chichuahua Lupi, con destino a su país. Pero, naturalemente también tenían que producir dinero, ya que una compañía chárter necesita vender muchas cosas para poder mantener esos precios que no tienen las compañías de bandera. Por eso en un momento dado, empezaron a vender todo tipo de productos y no sé cómo por alguna razón que todavía desconozco, varias de ellas decían en voz bien alta en vez de «duty free» cuando mostraban sus productos, «tutti free» que es una mezcla del italiano «todos» y el inglés «free» = «todos gratis»…Pronto muchos de los pasajeros empezaron a dudar, debido a la insistencia de las mismas que «todo era gratis», si debían de tomar los productos que les ofrecían porque eran gratis. La confusión fue tan grande que muchos se negaban a pagar porque las azafatas habían repetido hasta la saciedad aquello de «Tutti free» y ellos insistían en que lo habían escuchado muy claro. La anécdota causó tanta risa que a a partir de ese momento, decidí dar un este nombre a un blog en el que contara cosas...

De vuelta en Alemania

Esto de viajar, se ha convertido en una rutina. En apenas unas dos horitas viajas por casi toda Europa. ¿Quién iba a decir esto a nuestros ancestros que necesitaban meses para cruzar caminos y carreteras en pésimas condiciones? Hoy en día un viajecito en avión es de los más placentero. Afortunadamente nunca he padecido de miedo a volar. Conozco personas y alguna muy conocida que tienen un pavor irracional a volar. Creo que he pasado más horas en aviones en mi vida que en carreteras. A pesar de la libertad que te da conducir tu propio coche, siempre acabas molido tras muchas horas conduciendo y la rapidez que te da un viaje en avión es maravillosa porque en unas horas estás en otro país o en otro continente. Con la experiencia de los numerosos vuelos que he hecho en mi vida, creo que lo máximo que debemos volar es una media de seis horas y hacer un descanso de uno o dos días. Por ejemplo, nates volaba las 12 ó 13 horas que duraba el viaje desde Europa a Tailandia de una sola vez y llegaba al hotel que no me podía mover en dos o tres días, que evidentemente perdía. Ahora las líneas aéreas de los Emiratos Árabes Unidos (Etihad, Emirates, Gulf Air, Qatar Air) compiten por ofrecer más servicios a mejores precios y así te ofrecen normalmente en un billete a Bangkok una o dos noches en Dubai, Abu Dhabi o Doha y las noches de hotel incluídas en el precio final del billete. Así viajas 6 horas hasta Dubai por ejemplo y descansas y te aclimatas...

Exquisiteces búlgaras

Sigo de viaje por Bulgaria, país madre de la cultura eslava y mientras escribo estas líneas, saboreo un magnífico yogur búlgaro que es la cosa más sana que uno puede desayunar.He aprovechado estos días de visita a la capital sofiota para visitar antiguos y viejos restaurantes que han quedado en mi retina como viejos conocidos. He vuelto a Vodenitzata (Воденицата, El Molino de agua), un restaurante enclavado dentro del Parque Nacional de Vistosha (Витоша), una de las montañas más alta que rodea Sofia. Es un placer comer en una capital europea que tiene un parque nacional en su término municipal (creo que no hay otra en toda Europa) y oír correr los arroyos y ríos bajo el manto de árboles que pueblan este restaurante. La última vez que estuve aquí fue hace casi dos años en 2013 cuando acompañé a Carlos Saura en el almuerzo que nos dieron después de visitar los estudios cinematográficos Nu Boyana y recuerdo aquel día de junio mucho más caluroso que éste de 2015. También recuerdo la comida mucho mejor. Esta vez vine a cenar y no a almorzar y pasé un poco de frío. Claro está que estaba en un bosque y a las faldas de un monte de 2.000 metros de altura. Me sorprendió que a esa hora estuviera tan lleno el restaurante. Más me sorprendió que hubiera un espectáculo de danzas y canciones de folklore búlgaro y más aún que hubiera además un espectáculo de gente que caminaba sobre el fuego. En el día de ayer decidí ver a amigos y pasear un poco por el centro histórico en donde compré...

De viaje otra vez: Bulgaria

Tras volver a Alemania desde Moscú el día antes de la celebración de la Поведа rusa (Poveda que en ruso y resto de lenguas eslavas significa «victoria») y que se refería al 70° Aniversario de la Victoria del Ejército Ruso a las tropas nazis y por tanto el final de la 2ª Guerra Mundial y que aprovechó Putin para hacer una megaparada militar a menos de 50 metros del Hotel Monopol en el que hospedé en frente del Kremlin y así evitar las aglomeraciones que tanto detesto, emprendí de nuevo el vuelo. Atras quedan mi estrés porque casi pierdo el vuelo de vuelta a Alemania, ya que el taxista empleó más de tres horas en hacer su recorrido al aeropuerto moscovita intentando sortear a los miles de moscovistas que salían por todas las autopistas conurbanas para alejarse de los magnos festejos y aprovechar los días festivos que hay en esas fechas en Rusia. Me llamó la atención que Miguel Poveda, el cantante que ha revolucionado el flamenco en España en los últimos años tenga ascendientes rusos, debido a su apellido. Incluso mis amigos rusos me decían que no podía apellidarse así, que sería una equivocación mía. Bueno, esta vez me encuentro por segunda vez este año en Bulgaria, país que conozco profundamente ya que he vivido en él y lo he visitado como mínimo unas 50 veces. Cielo radiante en Sofia como mi última visita en abril pasado, pero esta vez sin nieve ni rastro de ella en Vitoscha, la inmensa montaña que rodea la capital búlgara por uno de sus flancos. Aprovecho y después de pasear por la...