Quo vadis, Britannia?

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El día de San Juan de 2016 ha sido todo menos tranquilo, parece que la Noche de San Juan anterior se confabularon todas las brujas, elfos y magos ingleses y galeses para que los votantes del Reino Unido en mayoría de más de un millón de papeletas, decidieran dejar de pertenecer a la Unión Europea.

Se me mezclan muchos sentimientos al escribir estas líneas.

Por un lado, la tristeza de que es su splendid isolation (mezcla de soberbia e ignorancia) la que hace a los ingleses ser uno de los pueblos más arrogantes del planeta.

Luego está la prueba de que sí son racistas y xenófobos porque éste es un voto contra la emigración. Más allá queda el sentimiento de que los ingleses y galeses son bastante hooligans, a pesar de que intenten negarlo.

Y por supuesto los personajillos como Cameron de la isla, como viene a ser llamado ahora, Boris Johnson y Nigel Farage. El primero, que como Primer Ministro de una potencia mundial ha alentado un referéndum innecesario que será su tumba política (cosa que en el fondo me alegro por el gran daño que ha hecho a Europa). Boris Johnson es un personaje extrambótico y very glad to meet himself que sólo quiere volver a la primera línea política al precio que sea y que se perfila como nuevo Premier. Y finalmente el líder del partido de extrema derecha Nigel Farange, que sólo ha hecho algo increíble en el resto de Europa: reconocer que todo lo que dijo en campaña contra Europa es mentira y no dimite por ello.

Salvo Escocia, Gibraltar e Irlanda del Norte, el resto del Reino Unido (Inglaterra y Gales) ha votado contra Europa y la bomba de relojería se ha activado ya contra los propios fundamentos del United Kingdom…Escocia votará seguramente en un nuevo referéndum escindirse de Inglaterra y permanecer en Europa e Irlanda del Norte también hará lo mismo. Gibraltar va a perder muchas de sus prebendas y se verá en una situación muy incómoda.

Yo sólo deseo que se vayan cuanto antes. No quiero vecinos tan insolidarios en mi comunidad y además deseo que el inglés deje de ser un idioma vehicular en la Unión Europea y se trate como a un idioma extranjero más, sin ningún tipo de privilegios ni ayudas para aprenderlo, aunque siga siendo uno de los idiomas oficiales en otros dos estados miembros de la EU como son Irlanda y Malta.

Nunca un país fue tan mimado por el resto de socios de la UE como el Reino Unido ni tuvo tantos privilegios con respecto a los demás y encima no estaba en el euro…Se acabó el teatrillo de to be or not to be European….que se queden en casita y ver cómo se las apañan con un libra esterlina en picada libre y con devaluaciones a tutiplén….Quien busca el mal por su gusto, que se vaya a quejar al infierno.