Vietnam

Siempre quise ir a Vietnam: un destino exótico en donde los haya. Que los comunistas vietnamitas le hayan ganado a los capitalistas estadounidenses, convierte a este país en un país distinto. Desde que lo pisas, te das cuenta que es diferente. La nomenclatura comunista sigue gozando de privilegios sólo vistos en los países estalinistas, pero se han capitalizado de tal manera que por todo te piden dinero y no poco. Ya el visado de entrada es bastante caro en comparación con otros países y además tiene que ser hecha mejor antes de la entrada al país y si la haces allí, sólo puedes pagarla en dólares estadounidenses y no en euros o cualquier otra moneda, incluso la nacional vietnamita (paradoja comunista: para eso si es bueno el capitalismo: para pagar en dólares). Comparado con sus vecinos, Vietnam es un país similar en su orografía, pero diferente en el trato al extranjero. Aquí no hay la eterna sonrisa de Tailandia, pero aún así es interesante visitarlo. Hay conmemoraciones populares (naturalmente comunistas) y cultos al partido único y al fundador de la patria por doquier. Hay una polución salvaje en las ciudades en donde las motocicletas campan a sus anchas y se te aparecen por todos lados y es fácil tener un accidente con cualquiera de ellas, pues se montan en la acera por la que caminas tranquilamente, sin reparo alguno. La invasión de motocicletas es tan enorme, que recomiendo usar mascarillas desechables(se pueden comprar en cualquier supermercado) para caminar por las dos principales ciudades del país (Saigón -hoy llamada Ho Chi Minh City– y Hanoi porque es francamente insoportable). Ambas ciudades poseen una población que supera los 8 ó 9 millones de habitantes y todos quieren vivir en ellas por las posibilidades de progreso y éxito que les dan a los del resto del mundo rural.

Y és el gran contraste en el país, el Vietnam urbanita de Saigón y Hanoi y el Vietnam rural de casi todo el resto del país. En estas dos ciudades hay que ver algunos templos antiguos en torno al lago que está central en Hanoi y por donde están todas las callejuelas por las que van tranquilos viandantes, sobresaltados por las motocicletas que se meten por cualquier resquicio que quede entre dos personas y sobre todo en la antigua capital de Vietnam del Sur, la mítica Saigón, los edificios construidos en el período colonial francés como la Ópera de Saigón y Notre Dame, la catedral. Por supuesto que hay bastantes museos populares sobre la Guerra de Vietnam y los nuevos fundadores de la patria, pero yo no los recomendaría sino no hay un filocomunista entre Vds.

Hai-Phong es una de las maravillas del país y la recomiendo a todos los que quieran ver acantilados calcáreos maravillosos y ubérrimos entre miles de islas en un paisaje simplemente único en el mundo. Se asimila un poco a a la bahía de Phang Nga cerca de Phuket en Tailandia o a algunos sitios en China, pero es tan espectacular que recomiendo una visita de 3 noches y cuatro días, por lo grandioso del lugar.

Las playas del sur del país y los campos de arrozales son otra visita obligada para el que quiera tener una visión más completa del país.

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