Hungría

Hungría es un país especialmente particular porque está en el Este de Europa, pero también en el centro y sobre todo porque no habla un idioma eslavo y de las frases que lees por doquier no entiendes prácticamente ni una palabra.

Es algo inaudito para mí, lingüista y filólogo que hablando tantas lenguas como hablo y escribo y la mayoría europeas, no pueda entender de facto nada de lo que leo.

Eso le da un carácter enigmático a los húngaros y a su país porque uno se pregunta, pero cómo han podido mantener esa lengua endiablada  de una ortografía imposible y de una pronunciación todavía más terrible para aprender y dentro de Europa y no mover una pestaña cuando te hablan en húngaro, como si estuvieras obligado a entenderlo.

Budapest, su maravillosa capital es una ciudad preciosa, tal vez única en el mundo. Con una arquitectura maravillosamente sorprendente y con un glamour espectacular. Es una ciudad llena de cafés, tiendas decadentes (especialmente buena para comprar telas y tejidos escasos en otras capitales y a muy buen precio), iglesias enigmáticas y modernidades combinadas con antigüedades fuera de lo común y todo a orillas del Danubio. No es especialmente barato para ser un país del este europeo y los precios no están muy lejos de lo que te cobrarían en Alemania por una buena cena. Hay que andar con cuidado y tener una calculadora a mano para convertir florines en euros.

En Budapest hay que ir a muchos sitios, pero una visita obligada es al Café New York en el Hotel Boscolo Budapest (hoy Ananda) porque no creo haber comido mejor y en uno de los sitios más bellos del mundo en mi vida. Puedes elegir un menú de 5 ó 7 platos y cada uno viene con su vino apropiado y el somelier  y el maitre te aconsejan cada cosa con un amor y una entrga digna de encomio. Es toda una experiencia que repito cada vez que voy a Budapest.

Tampoco dejaría de ir a Café Bar Brasserie Parisi Pasagge en el que todo ha sido restaurado de maravilla y creo que es uno de los cafés también más bonitos del mundo. La carta no es extensa, pero el personal y la calidad de lo que ofrecen, es excelente. No dejen de pedir pato confitado o cualquier variedad con pato. Los postres y los cócteles son también muy recomendables. Vale la pena ir por ver el sitio en que recientemente han recuperado un hotel homónimo de la cadena Hyatt.

Además la capital magiar ofrece una posibilidad casi infinita de baños termales excelentes para la salud y el relax. Cualquier esquina de esta bella ciudad te sorprenderá y te recomiendo no dejar de mirar hacia arriba para ver cómo espléndidamente están decorados los edificios. Es inaudito que hayas tantas joyas arquitectónicas una detrás de otra y que los gobernantes las hayan conservado. Para los amantes de la arquitectura es una delicia de ciudad.